Enorme ha sido la influencia del ferrocarril con todo su montaje en el diseño y estructura de pueblos y ciudades de Colombia, desde principios del siglo XX, tanto así que la construcción de sectores como el parque Olaya herrera de Pereira giran en torno a él y a él deben su origen.
Para la década de 1920 la entonces naciente sociedad de mejoras publicas de Pereira se propone la adecuación y construcción de lugares públicos sobresalientes que reflejen la condición de Pereira como pueblo grande destina a ser más adelante ciudad intermedia, es allí donde cobra importancia el transporte como medio masivo y punto de encuentro visible en las estaciones del ferrocarril de caldas que iba desde el rio cauca cerca de Cartago hasta Manizales, la más representativa de ellas era la ubicada en el sectores de egoya (quebrada que atraviesa la ciudad) y sus inmediaciones.
Para 1925 la sociedad presenta el proyecto al alcalde Elías Restrepo con el fin de dar relevancia al punto del “parque la estación” como se llama entonces el sitio dado que él era el principal afluente del ferrocarril y coincidía allí el flujo de personas de diferentes connotaciones (viajeros, peatones, comerciantes) en gran volumen.
El sitio era en parte terreno baldío y justo frente a la estación se encontraban las tres manzanas destinadas a ser parque en el proyecto, el costado sur el gran lote por donde pasaba la quebrada egoya que era conocido como el “contadero” de egoya porque allí reunían las mulas provenientes del área rural con viajeros y mercancías y eran estacionadas y contadas mientras sus propietarias estaba en el centro del pueblo, era una especie de parqueo. Después de reunir algunos fondos a base de colectas y aportes mas lo destinado por el gobierno departamental entonces en Manizales se contrata la elaboración de los planos con dos ingenieros locales José maría rodríguez y tiberio Ochoa en un área total de tres manzanas frente a la cara oriente de la estación central ya popular punto de multitudes en las horas del día y ansiosos de un espacio de distención y naturaleza.
La solicitudes de auxilios económicos para la construcción y continuo mejoramiento del parque fue llevada hasta el presidente enrique Olaya herrara (1930-1934) y la simpatía apartidista con el gobierno local facilito su aceptación ya pasados 5 años desde el inicio del proyecto, pero a la vez reclamante de mejoras como sembrado de arboles apropiados mantenimiento del césped y pavimentación de senderos peatonales.
El parque empezó a ser parte de los tres diseñados para la ciudad que llevaron los nombres de tres virtudes principales: libertad, victoria (actualmente parque de bolívar) y fe (parque Olaya) que junto a otras obras de la magnitud del coliseo mayor y el aeropuerto matecaña irían moldeando la forma de una ciudad adelantada en medio de una zona rural predominantemente.
En 1932 el presidente enrique Olaya herrera visita a Pereira durante la alcaldía de marceliano ossa y otorga la personería jurídica a la sociedad de mejoras públicas, en honor suyo el parque tomaría el nombre de Olaya herrera; cabe señalar un dato poco conocido y es que fue petición secreta del presidente que fuera puesto un símbolo en medio de los senderos del parque representativo de la sociedad a la que el pertenecía. Años después se conocería en Pereira el símbolo de la masonería.
En 1965 en gobierno departamental del viejo caldas por la necesidad de construir un edificio administrativo para la asamblea departamental con sede en Pereira toma el terreno equivalente a una manzana del parque reduciéndolo a poco más de la mitad, en contra prestación y a la exigencia del pueblo de la necesidad de espacio infantil (zonas verdes) la gobernación da al parque el terreno baldío donde se ubicaba la quebrada egoya antiguo contadero de mulas (hoy frente a uniplaza) para lo que se hace necesario canalizar las aguas bajo tierra y hacer un relleno con gran cantidad de tierra para subir un poco el nivel de la parte baja del terreno convirtiéndose así en el parque más amplio de la ciudad atravesado únicamente por la calle 21 y con casi 6 manzanas de ambiente natural bordeadas por la carrilera lo que generalmente era un atractivo adicional al tráfico ya popular de la estación central.
La importancia de dicha estación fue incrementada en los 60 por ser paso obligado de viajeros y sitio propicio para el comercio y actividades propias de un terminal de trenes y más aun con el referente del reloj publico de cuatro caras en lo alto del edificio de dos pisos una terraza y cuatro pasillos o corredores al aire libre que era lo más visible de la estación. Este fenómeno dio al parque su rotulo de punto de encuentro y sitio obligado de reuniones informales al aire libre como también lugar de llegada de mercancías y productos frescos del sector rural. Durante las décadas posteriores el parque ha tomado forma de lugar de esparcimiento más que de actividad comercial y ha sido privilegiado de cuidado y mantenimiento todo esto con el denominador de zona verde en medio de una ciudad cada vez más creciente e impersonal.
Qué buena referencia sobre el parque Olaya Herrera, José Hoyos. Es necesario que la ciudadanía pereirana se apropie de este importante espacio de sano esparcimiento; el parque no debe estar al servicio de los consumidores de drogas sino de los niños y la ciudadanía en general, como quiera que está ligado a la historia de la ciudad y del Departamento de Risaralda.
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