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domingo, 3 de octubre de 2010

Una versión inédita de momentos en la historia del parque Olaya.

El complejo mecanismo del enorme reloj mecánico de la antigua estación del ferrocarril dejo de funcionar hace exactamente 23 años después de que falleciera su habitual maquinista, un anciano caleño experto en relojería a gran escala, único que literalmente lo ponía a "marchar". Sin falta cada cuarto de hora sonaba, además daba tantos campanasos como horas fueran en punto. Las cuatro caras mirando a cada costado de la estación son apenas la parte visible de una perfecta sincronía de alambres y piñones, mecánica pura, como lo muestra la imagen.




La parte baja del parque conocida como la media torta es joven, tiene apenas unos 20 años y tomo forma después de un relleno en el terreno hasta entonces profundo que ya cubría la vieja quebrada Egoya. Antes de eso el parque solo comprendia el espacio del frente de la gobernacion y era vecino del antiguo barrio "corea" (hoy parte de centenario) sitio marginal de calles destapadas y casas de esterilla (1960 aprox.) guarida de muchos amigos de lo ajeno que "operaban" en el parque.




Para el mantenimiento de las locomotoras estaba destinado un enorme taller a pocos metros de la estación (lo que hoy es el cc Locatel) , allí además de hacer reparaciones se proveía de agua y carbón a las maquinas, de manera que garantizara un óptimo funcionamiento en los recorridos entre pereira, armenia manizales y norte del valle. Algunas tarifas del año de 1928 eran: 70 centavos a Armenia y 50 centavos a Manizales. Una de las ultimas locomotoras que llego, por la década de los 50 hoy descansa frente al terminal, arrastraba un máximo de 6 vagones.




Hasta hace pocos años la calle 19 atravesaba el sector justo en frente a la gobernacion, de ahí para allá  el  ambiente natural, con mucho menos cemento que  ahora, fue sembrado en los inicios del parque con arboles de mango, madroño y pomarrosa, algunos de ellos hoy alcanzan los 90 años. Una vieja historia habla de un antiguo cuidador del parque apodado "bolívar" (1965) que castigaba a quien atentara contra los arboles o robara sus frutos, por lo general niños, encerrándolos por horas en una pieza ubicada en el interior del montículo o tarima adoquinada que esta en el centro del parque, esa pieza todavía existe, y muchos quienes pasan por ahí no se percatan del sótano que hay bajo la hueca tarima. La imagen da cuenta de ello.




La estructura del edificio de la antigua estación cuenta con una gruesa plancha de concreto que separa los dos pisos que la componen, sobresale varios metros al aire sin aparentes soportes, su resistencia no seria tal si no estuviera construida con rieles de la carrilera a manera de vigas.Gracias a ese detalle Pereira cuenta con un edificio considerado patrimonio histórico que ha sobrevivido ya casi cien años y varios terremotos.




Gracias al transporte férreo muchos campesinos pudieron sacar sus productos con mas facilidad a la ciudad. De las veredas aledañas de Pereira llegaban diariamente decenas de bultos de naranja, guama, mandarina, racimos de plátano,banano y muchos mas que se descargaban a un lado de la estación en pleno parque, ahí se parqueaban los transportes de carga mas populares de la época: las carretillas, que movían los productos hasta la antigua galería sobre la 10 con 17.  De todos esos carretilleros hoy en el parque solo queda uno, José Bedoya que con 75 abriles a cuestas a pasado casi toda su vida trabajando al lado de la estación. Fue el quien nos suministró la información para esta versión inédita de algunos momentos históricos del parque Olaya.



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